lunes, 30 de mayo de 2011

Desahogo en el día de la Comunidad (31-05-2011)

Un año más celebro en la distancia el día de nuestra comunidad. Día que aprovechaba para alejarme de ese “más de lo mismo” que disfrazado de sentimentalismo pueblerino hacía vibrar a la masa de apaniaguados que vivían del partido o a los que creían que, gracias a él, gozaban de bienestar. Engañados estos, bien pagados aquellos con el dinero de todos. Empresas públicas que limitaban el movimiento de la iniciativa privada; concursos legales pero ilegítimos; facturas desproporcionadas para beneficio de algunos, siempre los mismos; administraciones paralelas que ninguneaban el trabajo de los funcionarios legales; medios de comunicación que subsistían con subvenciones a cambio de su apoyo. Gasto público del que vivían muchos –no tantos, a pesar del número de años en el poder- a cambio de su asentimiento, Clase privilegiada, conocida en los mejores restaurantes de nuestra región. Millones de euros para el autobombo cuando la realidad era otra. Así pensaba yo.


Pero, en esta ocasión, los sentimientos son distintos. Porque el cambio político producido da razón para la esperanza. La tan cacareada austeridad de la administración debe engordar al pueblo. Pues, como dicen nuestros agricultores, la siembra “tumbá” levanta al amo. Y el amo, aunque quizás algunos lo hayan olvidado, es el pueblo. Esa espiga de varios carriles cuyo grano se adivina gordo para este año no es para los que se posicionan alrededor de un partido sino para la creación de empleos y espacios de libertad que beneficien a todos los hombres y mujeres de nuestra comunidad. A todos. Preciosa imagen la que ofrecen nuestros campos. La administración que se inclina, se tumba, ante la razón de su origen. Que otra cosa es totalitarismo y a eso íbamos.


Recuperar nuestra economía es esencial, no solo porque lo exige la realidad, sino también porque será lo primero en ser valorado. Una valoración fácilmente evaluable a partir de los resultados numéricos. Y cuyas distintas interpretaciones –a favor o en contra- nunca prevalecerán –como se ha visto- sobre las evidencias de los bolsillos de la mayoría.


Con todo, hay algo que me preocupa, la libertad de pensamiento. No tanto por la que pueda faltar a partir de ahora, sino porque todavía pesa la que ha faltado hasta el momento. Desde nuestras instituciones se ha dictado un pensamiento monolítico, uniforme, ajeno a las tradiciones y presto a originalidades no contrastadas, que ha enaltecido lo políticamente correcto. Si Andalucía ha sido –y es- el laboratorio de la ingeniería social de Zapatero, Castilla-La Mancha era su continuidad. La ideología de género junto al derecho al aborto de la Ley Aído, así como el proyecto de igualdad de la Pajín, que viola la presunción de inocencia y da entrada a comisarios políticos y delatores interesados, seguirán asfixiando a nuestra gente mientras que las instituciones que han vivido de sus subvenciones cierren sus foros a nuevas líneas de pensamiento.


La Junta en funciones que hoy presidirá el día de nuestra región apostó por un modelo concreto de hombre y de mujer. Se alejó así de la neutralidad exigible a toda administración. Apostó por un modelo subjetivo que sólo la objetividad del desastre económico ha podido frenar. Lamento que haya tenido que ser así, hubiera preferido un cambio suscitado por la oposición a un modelo social impregnado de relativismo que, paradójicamente, se trató de imponer como algo objetivo por encima de los espacios de libertad que exige nuestra Constitución. Aunque, ¿quién puede afirmar que esta falta de neutralidad no haya influido también en la apuesta por el cambio?

"Yo os convoco" (25-05-2011)

En la madrugada del día de ayer, alrededor de la una y media, se confirmaba la victoria del PP en nuestra comunidad. Unos días antes y en Albacete, María Dolores de Cospedal lo había pronosticado ante sus paisanos. Y lo proclamó con tal fuerza que todos los allí presentes salimos convencidos de que así sería. Aunque con la incertidumbre de si la palabra “ganar” hacía referencia a la obtención de un número de votos superior al del PSOE o al hecho de obtener el número de escaños suficiente para presidir la Junta. Y, es que, la novedosa treta legal pero mezquina que su adversario había incorporado en este juego democrático exigía una diferencia muy grande en el número total de votos. Una diferencia que, finalmente, se pudo conseguir.


Con esta victoria se ha dado un paso histórico en la democracia de nuestra joven comunidad. Y, por ende, ha puesto en alza a este sistema de gobierno. El dar paso a la alternancia confirma que no todo es cuestión de vísceras, sino que la razón también cuenta. Así de fácil, y así de práctico, si estos no lo han hecho bien buscamos a otros que lo puedan hacer mejor dejando fuera de la elección a aquellos que pudieran seguir permitiendo que gobernaran los primeros. Evitamos así coaliciones que son más de lo mismo.


Felicitamos a María Dolores de Cospedal, como felicitamos a Carmen Bayod, futura alcaldesa de Albacete, por sus holgadas victorias y por su serio e infatigable trabajo. Como también tenemos que felicitar a todos aquellos que con su voto han permitido sendos triunfos. Porque sin el ejercicio de su razón práctica esto no hubiera sido posible. Logros estos que alcanzan mayor valor a la vista de la alta participación electoral.


Pero si el camino hasta el triunfo ha resultado difícil, más aún lo serán los cuatro años que desde el 16 de junio tendrán por delante. Con sus victorias han logrado despertar ilusiones y hacer soñar, pero deberán mantener esta ilusión con la eficacia de su gestión. Sólo ante la eficiencia, ante los resultados que esperamos que cosechen, podremos evaluar como bueno este cambio. El reto no es pequeño. La creación de empleo deberá ser su objetivo primero. Y a las dificultades objetivas deberán sumar aquellas que –con razón o sin razón- les van a ocasionar los mismos que siempre excusaron la mala gestión de los anteriores gobernantes.


Es cierto que tranquilizan aquellas palabras que Carmen Bayod pronunció al filo de la madrugada: “sabemos lo que hay que hacer”. Pero inquieta pensar que haya gente organizada que no les deje hacer. Como el perro del hortelano, que ni hace ni deja hacer.


Es por ello por lo que deberán permanecer muy próximos a los ciudadanos, centrarse en ellos, como decía su eslogan electoral. Sabiendo que se les va a exigir más que a los que les han precedido. Se les va a evaluar con lupa, hasta el más mínimo detalle. Ciertamente que el afán de eficacia no les debe llevar a perder la imagen, pero como habrán podido comprobar la simple imagen no basta. La realidad es tozuda y se ha llevado por delante hasta a los mismos inventores de la propaganda electoral.


Con María Dolores de Cospedal, con Carmen Bayod y tantos otros alcaldes y concejales del PP, se abre una nueva etapa para nuestra comunidad. La tan deseada confianza es ya posible. Más de la mitad de los castellano-manchegos han apostado por ellos. Fueron convocados en su día. Así, con estas palabras: “yo os convoco”, clamó María Dolores de Cospedal un jueves de mayo en el Palacio de Congresos de Albacete. “Yo os convoco”, expresión que suena a poética y literaria, digna llamada de tiempos difíciles. Y aquí estamos, esperando la esencia del quehacer político: el servicio al pueblo.

jueves, 12 de mayo de 2011

Alternancia para mejorar (10-05-2011)

Me pregunta un amigo: ¿qué va a pasar en Castilla-La Mancha el próximo día 22? Le contesto: no lo sé. A lo más, sé lo que quiero que pase. Pero nada más. Si hubiera madurez democrática está claro que habría un cambio de partido en el gobierno. La alternancia de poder siempre viene bien, evita el enquistamiento y sus consecuencias. Da paso a nuevas ideas y remarca la temporalidad de la acción política, recolocándola en su esencia original de servicio al pueblo. Además de que permite hacer comparaciones en función de la realidad –de los resultados- y no de lo que se dice. Favoreciendo así un debate objetivo alejado de toda especulación. Y, sobre todo, trae a primera fila de la acción política a hombres y mujeres con renovada ilusión. Ilusiones personales que, convertidas en hechos palpables, pueden devolver el optimismo a todos los castellano-manchegos e, incluso, convencerles de que son poseedores de una riqueza humana capaz de estar entre las primeras autonomías de este país.


La alternancia siempre viene bien, más aún en una Comunidad económicamente hundida e incapaz, actualmente, de levantarse por sí misma por carecer de los resortes necesarios. Castilla-La Mancha está endeudada hasta las cejas y esto debiera bastar para precipitar el vuelco electoral hacia el lado de la oposición. Que de no producirse, no sólo seguiremos siendo pobres sino que seremos pobres sin esperanza que es peor que ser pobre a secas.


La falta de madurez democrática, así como la táctica de los que no creen en la libertad de pensamiento, presenta estas elecciones –una vez más- como un juego entre izquierdas y derechas. Pero la realidad es otra, se trata de la supervivencia. Si los socialistas han gestionado mal, hay que buscar a otros. Y no hay en la oposición ningún partido más preparado que el PP. Este es el juego –que no otro- de la democracia: la aceptación de la alternancia. La posibilidad de perder o ganar en virtud del voto de la mayoría. La posibilidad de quitarse de en medio a los que no lo han hecho bien.


Los datos oficiales, a nivel nacional, presentan a nuestra comunidad casi siempre en la cola. La información regional –los medios de comunicación regional, principalmente- la presentan, en cambio, como dechado de virtudes. De manera que la realidad frustrante por la que atraviesan los catellano-manchegos aparece, según la mirada de la Junta, como algo ilusorio. Pero no lo es. La realidad tiene poco que ver con la imagen que la Junta nos impone por medio de su propaganda, en la que invierte los pocos euros que nos quedan. Pero esto de la propaganda se le da bien; pintar la realidad según les convenga es algo de lo poco que hacen bien. Además de que, después de 28 años en el poder, disponen de todos los medios para hacerlo.


No logro entender esa obsesión por hacer odiosa la figura de María Dolores de Cospedal, como no entendería hacer lo propio con Barreda. Las críticas que se le hacen provienen más de un machismo oculto que de otra cosa. María Dolores de Cospedal es una mujer con prestigio profesional y probada capacidad de gestión que llega con ilusión y nuevas ideas para mejorar la región. Y en su partido, no es un número dos de escaparate, sino que goza de liderazgo real, no impuesto. Por eso, no me cuesta imaginarla gobernando para bien nuestra comunidad.


¿Quién triunfará?, ¿la realidad o una imagen fantasiosa de esta? No lo sé. Sólo sé lo que quiero: el cambio, la alternancia. ¿Para qué? Para mejorar. ¿Por qué? Porque los que están no saben hacerlo mejor. Que se aireen los despachos, que se abran nuevos cauces para nuevas ideas, que la confianza aporte alas a los emprendedores, que retorne la ilusión, que la libertad –como capacidad para decidir lo que conviene a nuestra Comunidad- no sea patrimonio de los de siempre. Menos aún, de los que nos han llevado a esta situación tan desastrosa.

jueves, 5 de mayo de 2011

Coincidencias (03-05-2011)

Aunque lo sugieran algunos, estos artículos no son una crónica de nuestro tiempo. Aún así, hay acontecimientos que deben quedar reflejados. Y el de la beatificación de Juan Pablo II es uno de ellos. Celebrada el domingo de la Divina Misericordia –segundo domingo de la Pascua cristiana-, que en este año ha coincidido con el día del trabajo, uno de mayo, tuvo lugar en la plaza de San Pedro del Vaticano ante más de un millón de personas y fue seguida, además, por otros tantos millones a través de la televisión.


Conocida la devoción que Juan Pablo II tenía a la Divina Misericordia, a la que dedicó su segunda encíclica (Dives in misericordia, 1980), la elección de ese día ha sido toda una muestra de cariño hacia su persona. A la vez que conlleva una invitación implícita para ahondar en el misterio de la misericordia divina. Para que, según el decir de M. F. Kowalska, arrojemos profundamente el ancla de nuestra confianza en “el abismo de Su misericordia”. Que es una manera de recorrer el misterio pascual.


Lo que sí resulta sorprendente, por decir algo distinto a casualidad, es que ese domingo coincidiera con el primer día del mes de la Virgen que es, a su vez, el día de san José obrero y día del trabajo. El cálculo de la probabilidad de esta coincidencia lo dejo al lector o lectora como ejercicio propuesto.


El amor de Juan Pablo II a la Virgen es conocido por todos y parece, más bien, un detalle de nuestra Madre para con él. Destacar aquí su carta apostólica Rosarium Virginis Mariae (2002) con la que quedaron establecidos los “misterios de luz”. También fue grande su devoción a San José al que dedicó su exhortación apostólica Redemptoris custos (1989). Y con respecto al día del trabajo se me ocurren dos comentarios.


Por un lado, mostró siempre gran capacidad y espíritu de sacrificio en su trabajo, hasta el punto de que cabe afirmar que la muerte le cogió trabajando. La oración también exige trabajo. Trabajó, pues, hasta su muerte, fiel al espíritu que marcó en su tercera encíclica (Laborem exercens,1981). Y no es que no hubiera conocido el pico y la pala. Repito: hasta su muerte. A pesar de los consejos que algunos periódicos anticatólicos le daban para que se retirase, algo que él mismo se planteó al cumplir ochenta años tal como queda explícito en su testamento, siguió con su encargo petrino hasta la muerte. Lo que aprovechó el Espíritu Santo para dar otra lección: no sólo el Papa puede tener ochenta años sino que, además, su sucesor los tendrá. Y vino Benedicto XVI con más de ochenta.


Por otro lado, que la beatificación del hombre que contribuyó de manera decisiva a la caída del telón de acero y que vivió más de treinta años bajo la dictadura comunista, coincida con el día en el que salen a la calle cientos de banderas rojas que, de manera más sofisticada, pretenden la consecución de aquellos mismos objetivos totalitarios, resulta por lo menos chocante. En Polonia llaman a Juan Pablo II el “beato de los obreros” y el pasado domingo se suspendió toda manifestación para no distraer la atención de la ceremonia de beatificación. En España no se suspendió, y así les fue.


En fin, muy poca crónica y algo para pensar, incluida bibliografía. Hasta el próximo martes.