jueves, 12 de mayo de 2011

Alternancia para mejorar (10-05-2011)

Me pregunta un amigo: ¿qué va a pasar en Castilla-La Mancha el próximo día 22? Le contesto: no lo sé. A lo más, sé lo que quiero que pase. Pero nada más. Si hubiera madurez democrática está claro que habría un cambio de partido en el gobierno. La alternancia de poder siempre viene bien, evita el enquistamiento y sus consecuencias. Da paso a nuevas ideas y remarca la temporalidad de la acción política, recolocándola en su esencia original de servicio al pueblo. Además de que permite hacer comparaciones en función de la realidad –de los resultados- y no de lo que se dice. Favoreciendo así un debate objetivo alejado de toda especulación. Y, sobre todo, trae a primera fila de la acción política a hombres y mujeres con renovada ilusión. Ilusiones personales que, convertidas en hechos palpables, pueden devolver el optimismo a todos los castellano-manchegos e, incluso, convencerles de que son poseedores de una riqueza humana capaz de estar entre las primeras autonomías de este país.


La alternancia siempre viene bien, más aún en una Comunidad económicamente hundida e incapaz, actualmente, de levantarse por sí misma por carecer de los resortes necesarios. Castilla-La Mancha está endeudada hasta las cejas y esto debiera bastar para precipitar el vuelco electoral hacia el lado de la oposición. Que de no producirse, no sólo seguiremos siendo pobres sino que seremos pobres sin esperanza que es peor que ser pobre a secas.


La falta de madurez democrática, así como la táctica de los que no creen en la libertad de pensamiento, presenta estas elecciones –una vez más- como un juego entre izquierdas y derechas. Pero la realidad es otra, se trata de la supervivencia. Si los socialistas han gestionado mal, hay que buscar a otros. Y no hay en la oposición ningún partido más preparado que el PP. Este es el juego –que no otro- de la democracia: la aceptación de la alternancia. La posibilidad de perder o ganar en virtud del voto de la mayoría. La posibilidad de quitarse de en medio a los que no lo han hecho bien.


Los datos oficiales, a nivel nacional, presentan a nuestra comunidad casi siempre en la cola. La información regional –los medios de comunicación regional, principalmente- la presentan, en cambio, como dechado de virtudes. De manera que la realidad frustrante por la que atraviesan los catellano-manchegos aparece, según la mirada de la Junta, como algo ilusorio. Pero no lo es. La realidad tiene poco que ver con la imagen que la Junta nos impone por medio de su propaganda, en la que invierte los pocos euros que nos quedan. Pero esto de la propaganda se le da bien; pintar la realidad según les convenga es algo de lo poco que hacen bien. Además de que, después de 28 años en el poder, disponen de todos los medios para hacerlo.


No logro entender esa obsesión por hacer odiosa la figura de María Dolores de Cospedal, como no entendería hacer lo propio con Barreda. Las críticas que se le hacen provienen más de un machismo oculto que de otra cosa. María Dolores de Cospedal es una mujer con prestigio profesional y probada capacidad de gestión que llega con ilusión y nuevas ideas para mejorar la región. Y en su partido, no es un número dos de escaparate, sino que goza de liderazgo real, no impuesto. Por eso, no me cuesta imaginarla gobernando para bien nuestra comunidad.


¿Quién triunfará?, ¿la realidad o una imagen fantasiosa de esta? No lo sé. Sólo sé lo que quiero: el cambio, la alternancia. ¿Para qué? Para mejorar. ¿Por qué? Porque los que están no saben hacerlo mejor. Que se aireen los despachos, que se abran nuevos cauces para nuevas ideas, que la confianza aporte alas a los emprendedores, que retorne la ilusión, que la libertad –como capacidad para decidir lo que conviene a nuestra Comunidad- no sea patrimonio de los de siempre. Menos aún, de los que nos han llevado a esta situación tan desastrosa.

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