miércoles, 10 de marzo de 2010

Buscando puntos de unión (09-03-2010)

Buscando puntos de unión

Confío en que, igual que Zapatero derogó la Ley Orgánica de la Calidad de Educación, el PP derogue –si algún día llega a gobernar- la nueva Ley del Aborto, cuyo nombre no quiero recordar. Una ley que no deja títere con cabeza; desde el nasciturus hasta el farmacéutico, pasando por el padre biológico de la criatura, los padres de la niña, la libertad de conciencia del personal sanitario y la educación sexual. Caridad Navarro, presidenta de la CONCAPA, habló de genocidio de la libertad de conciencia y yo creo que se quedó corta, porque con la palabra genocidio bastaba. Es un genocidio indiscriminado de la población española, pues el aborto elimina anualmente a más de cien mil españoles, dejando tocadas anímicamente a otras tantas españolas y a sus familias.

Dicho esto y mientras se realizan las conveniente impugnaciones a esta Ley, es evidente que el objetivo de aquellos que estamos en defensa de la vida, e incluso de aquellos que manifiestan su apoyo a esta Ley aún diciendo que están a favor de la vida, debe ser la disminución del número de abortos. Lo que es un punto de partida común. Aunque creo que este objetivo ha estado siempre en la mente de todos. Y son precisamente los métodos o caminos para conseguirlo lo que separa a los defensores de la vida de sus detractores.

Hay, sin embargo, algunas situaciones en las que podríamos unirnos. Una de ellas hace referencia a la mujer trabajadora, cuyo día conmemoramos ayer. Se trataría de facilitar la continuación del embarazo a aquellas madres que, deseando dar a luz, encuentran dificultades ante la presión de sus jefes. Esto es, mujeres a las que se les presenta como excluyentes dos de sus derechos: el derecho a tener hijos y el derecho al trabajo. Ciertamente, esto ya lo hacen algunas ONG, como la Fundación Madrina, pero lo que propongo es que esta acción sea tutelada por el Estado y contemplada en sus presupuestos. Y, teniendo en cuenta a quién escucha Zapatero, sería bueno que las asociaciones de mujeres progresistas hicieran también fuerza en esta propuesta.

Aquí podría intervenir el Ministerio de Igualdad, tan criticado también en Europa en la pasada semana, dispensando algunas de sus ayudas generosas a estas mujeres trabajadoras que quieren ser madres. E, incluso, los sindicatos, estudiando propuestas para que toda mujer que trabaja pueda ser también madre sin peligro de perder su trabajo. No se trata sólo de denunciar situaciones injustas, sino de proponer soluciones positivas que permitan que los empresarios pierdan el miedo al embarazo de sus trabajadoras. Es, pues, tarea conjunta de todas las fuerzas sociales.

Invertir tiempo y esfuerzo en salvar vidas humanas que no han nacido y en ayudar a las embarazadas para que puedan ejercer de madres y trabajadoras sería un logro sin antecedentes. Y no sólo eso sino que también, ante la posibilidad de trabajar conjuntamente en conseguir el objetivo de disminuir el número de abortos, se generaría un clima más amable entre tanta gente enfrentada y que, sin embargo, persigue un mismo objetivo.

Frente a la solución retrógrada del aborto, propongo pues que busquemos puntos de unión para que la vida siga siendo el primer derecho. Puntos de unión que tienen que ver con la lucha, decidida y legal, contra todas aquellas posibles causas que impiden a la mujer ejercer el derecho de ser madre.

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