martes, 2 de marzo de 2010

Por la vida: el 7 de marzo, en el Altozano (02-03-2010)

Por la vida: el 7 de marzo, en el Altozano

En los juicios con jurado popular se recuerda a los componentes que se abstengan de condenar al acusado si tienen una mínima duda respecto a su culpabilidad. Lo que es bueno no sólo para el acusado, sino también para los que forman parte del jurado, porque vivir con la duda es un sin vivir.

Sobre el aborto se ha escrito y debatido mucho. Y el origen de este abundante material, y mayor tiempo empleado en el mismo, radica en la afirmación de que el embrión, desde el momento de su concepción, es un ser humano. La segunda parte de las discusiones se centra en sus consecuencias. Pero esta segunda parte, aun siendo importante, es poca cosa ante la primera, pues de ser cierta se está causando la muerte a un ser indefenso, a un inocente. Así pues, no se puede pasar de puntillas sobre aquella afirmación. Si es un ser humano, estamos condenando a un inocente a la pena de muerte. ¿Lo es?

Hay quien estando de acuerdo en que lo es, en que es un ser humano, sobrepone a este hecho las circunstancias que han rodeado al embarazo o la situación personal de la madre, con lo que establece una gradación dentro de la humanidad. Una gradación que determina que hay vidas más valiosas que otras. Seres humanos más valiosos que otros. Y, aún más, que hay vidas que pueden ser sacrificadas en beneficio de otras. Lo que justificaría, en teoría, los genocidios y la esclavitud, poniendo también en duda el cimiento de la democracia que afirma que cada persona es un voto. ¿Tan lejos se puede llegar? Sí, y más lejos que se ha llegado.

Pero también hay quien niega que haya vida humana desde el momento de la fecundación. Que se trata tan solo de una masa de células. Y en estos o estas es en los que busco, en las que busco, el resquicio de la duda. ¿Lo tienen tan claro que no hay lugar para la duda? ¿Tan claro para creer que en la semana 13 no hay un ser humano y sí lo hay en la catorce?, ¿que sí lo hay en la 22 y no en la vigésimo primera? ¿Tan claro para desoír la llamada de 3000 científicos españoles que ratificaron, en el manifiesto de Madrid de marzo de 2009, que desde el momento de la fecundación aparece una nueva vida humana? ¿Ningún resto de duda? No me lo creo. Pienso, más bien, que es el sentimentalismo lo que les vence porque sólo pueden escuchar y ver a una de las partes implicadas. La otra, la que no ven ni escuchan, está en completa indefensión. No puede llorar, ni argumentar a su favor. De manera que no sólo se saltan el adagio clásico de “in dubio pro reo”, sino también el consejo legal de oír a las dos partes, con lo que frustran la imparcialidad.

Así pues, ésta es la cuestión: ¿lo fecundado es o no es un ser humano? Una cuestión que ha sido sofocada con otras cuestiones, de casos extremos al principio del debate, de contradictorias expresiones como salud reproductiva y de desenfrenado egoísmo cuando se vió que se podía conseguir una mayoría en el Congreso. Pero no ha hecho falta volver al congreso, ha bastado con el senado. Allí se han hecho las fotos triunfales una mayoría de mujeres sin descendencia que arropaban a una ministra experta en bailes flamencos. Pero, como me decía un profesor de latín, “el freír será el reír”, porque en este ataque a la Naturaleza la mujer es la que sale perdiendo. Y si pierde la mujer, todos perdemos. Con la vida no se juega, menos aún con la de otros.

Por otro lado, siento pena por la desgracia de esas mujeres para las que el sistema sólo tiene pensado el aborto. No les da otra salida. “Lo tienes tan fácil ahora”, les dirán, cuando ellas esperaban otro tipo de ayuda. Pero el Gobierno Zapatero no quiere invertir en ellas, ni aun considerando que la mayor riqueza de un país son los hombres y mujeres que lo forman. Como no quiere considerar que la educación sexual que fomenta va encaminada a que un mayor número de jóvenes engrose las filas de estas mujeres. Sólo el consuelo de las ayudas que surgen de organizaciones no gubernamentales me reconforta. Gracias a ellas, muchos niños y niñas salvarán la vida a sus madres.

Y todo esto para recordarles que el próximo domingo, 7 de marzo, está prevista una marcha internacional por la vida que, en Albacete, está concretada para las 13:00 horas en la plaza del Altozano. Que el derecho a la vida sea una realidad es tarea que sólo podemos hacer entre todos. Nos veremos.

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