lunes, 5 de abril de 2010

Se busca hombre alternativo (06-04-2010)

Se busca hombre alternativo

No es de extrañar que cuando uno cuenta entre sus aliados con Pedro Camacho, presidente de la FEMP, se plantee el fomento de “nuevos modelos de masculinidad”. E, igualmente, no debe causar asombro que haya quienes, ante la presencia de nuestra vicepresidenta de la Vega, sugieran la necesidad de “nuevos modelos de feminidad”.

Y esto viene por lo de los quinientos mil euros con que el Ministerio de Igualdad ha dotado a los ayuntamientos para la promoción de un modelo alternativo de hombre. Se ve que en España no quedan hombres modélicos para la Aído y, como a su ministerio le sobra el dinero, ha salido en búsqueda del que ella sueña, de su príncipe azul. Que, por lo que en ella adivino, dudo que sea del gusto de la mayoría de las españolas.

En el Ministerio de Igualdad todo se hace a base de talonarios, los mismos que deben faltar en el de Economía para aligerar el problema del paro. En otro tiempo, en la Grecia clásica, hubo un sabio –creo que fue Anaxágoras- quien, en medio de su desnudez, iba con un candil “buscando un hombre”. Hoy, en cambio, serán algunos miembros de los ayuntamientos quienes recorran los términos municipales iluminados por los faros de los coches oficiales. Distribuyendo recompensas a aquellos que den pistas sobre el hombre que busca Aído. Que serán cobradas por sus afines, como todo el dinero que proviene de ese Ministerio. Porque el modelo de hombre que ella busca ya está prefijado de antemano, pero el juego consiste en parecer que lo van descubriendo poco a poco.

El problema de la mal llamada violencia de género es muy serio, pero a él se suma el intento de resolverlo con las ideas peregrinas de una niña, por muy ministra que esta sea. Si la idea tuviera que ver con las aspiraciones de Ortega, Unamuno, Marañón o Julián Marías, por citar nombres de filósofos españoles fallecidos, o incluso del propio Anaxágoras, la cosa merecería ser tomada en serio, pero viniendo de donde viene sólo cabe pensar que es una manera de dar subvenciones a los amigos y restar de la caja común que, formada con el dinero de todos los españoles, debería resolver otros problemas primarios y más acuciantes para nuestro país.

Pero el tema del deseado nuevo modelo de masculinidad tiene un calado más hondo que el que aquí exponemos jocosamente. Es un nuevo frente abierto por la llamada ideología de género que, más que la igualdad, busca una guerra entre sexos. Quizás no es lo que pretenda, pero está consiguiendo enfrentar a la esposa contra el marido, a la niña contra el hermano, a la mujer contra el hombre. Genera violencia y división. Y, sobre todo, ausencia en el hogar. Niños abandonados ante el ordenador o el televisor porque el padre o la madre no son capaces de ir más allá de lo políticamente correcto. Intromisiones en la vida de la pareja que alientan a cada parte a exigir sus derechos. Hombres y mujeres metidos en el núcleo más íntimo de la pareja, con la consecuente disgregación de ésta. Y cuando ésta no exista allí estará papá Estado o tía Aído sin otro sexo que el de la Pantera Rosa.

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