martes, 23 de febrero de 2010

Del 23-F a hoy, pasando por el 13-M (23-02-2010)

Del 23-F a hoy, pasando por el 13-M

No se me vaya querido lector, o lectora, porque empiece hablando del 23-F, pero no puedo pasar por alto el día que es hoy. Me cogió en Valencia, en una residencia universitaria de la que era secretario. Estaba situada en la avenida Primado Reig por la que semanalmente transitaban los carros de combate de la tercera región militar en sus ejercicios de prácticas. O eso creíamos todos, pues después del 23-F no volvimos a oírlos pasar. El traqueteo y espectáculo que producían a su paso era tal que nos despertaban si estábamos durmiendo o nos asomábamos a las ventanas si estábamos estudiando. Y con esto quiero decir que estaba acostumbrado a ver los carros de combate en la calle; más en concreto, en mi calle.

Aquella tarde, los residentes -como en el resto de España- no hablaban de otro tema. Y, contra toda costumbre, se puso la televisión y la radio. Estaba en juego la libertad política que años atrás se había ganado con los pactos de nuestros mayores. Y, sin embargo, en ninguno de aquellos momentos pensé que éso fuera posible. Sé bien que en otros lugares se empezaron a quemar papeles que pudieran ser comprometidos o a hacer desaparecer actas y que, incluso, algunos hicieron precipitadamente sus maletas. Pero para mi era imposible que prosperara aquel golpe de estado.

Fue el 13-M, en cambio, cuando Rubalcaba salió en la televisión diciendo verdades a medias del PP, que son las peores de las mentiras, cuando sentí miedo. Llevaban todo el día acosando las sedes de los populares -hasta Almodóvar publicó en internet que el PP había dado un golpe de estado- y aquella imagen sombría, y aquellas palabras, de nuestro actual ministro del interior hizo que sintiera miedo de que ganara las elecciones el hoy partido de la oposición. Fíjense: yo, que al día siguiente era uno más de esos diez millones que iban a votar al PP, tenía miedo de ganar. Porque si ganaba el PP, los socialistas la iban a armar. No tuve miedo de aquellos pocos mandos militares tan anacrónicos y apartados de los verdaderos intereses del hombre de la calle, pero sí de la masa manipulada y fanatizada por los socialistas. Tarea en la que son expertos. Como lo son en apaciguar sindicatos y hacerlos salir cuando les conviene. Sólo descansé al día siguiente, cuando ya los resultados daban vencedores a los socialistas. El pueblo ha elegido, me dije, para olvidarme de la política por un tiempo.

Es un hecho la capacidad que tienen los socialistas para encolerizar a la gente contra algo o alguien. Lo hicieron con el Prestige, con la guerra de Irak y, cómo no, siguen haciéndolo con Aznar. No era así en tiempos de Felipe, del que casi todas mis compañeras de estudios estaban enamoradas. Con Felipe soplaron vientos frescos, ideales e ilusiones caracterizados por ese mirar adelante para construir una auténtica democracia. Después, como somos hombres, pasó lo que pasó. Con Zapatero, en cambio, se volvió la mirada atrás y, quizás, este no mirar hacia adelante fuera el motivo por el que no vió llegar la crisis. Como puede ser el de sus continuos tropiezos, porque tiene la mirada fija en el primer tercio del siglo pasado.

No obstante, él y los suyos, manejan a la perfección las maniobras de distracción. Saben monopolizar la atención. Porque, de no ser así, ¿cómo entender que, en lugar de hablar del paro y de la ineficacia del gobierno ante la crisis, por no hablar de sus malas políticas energéticas o sus irrelevantes relaciones con el exterior, hayan conseguido que los medios de comunicación centren la atención en las decisiones del PP? Es sorprendente que en lugar de recriminar al Gobierno por su falta de acierto, se la armen a la oposición. Pero en este país parece que todo es posible. Lo que recuerda a aquellos niños nobles que tenían un lacayo que recibía los castigos causados por las conductas disruptivas –diríamos hoy- de sus amos. Con la salvedad de que, en democracia, hasta los lacayos pueden tornarse amos.

Sí, políticamente, fue más duro el 13-M que el 23-F, porque en aquel febrero eran unos pocos contra el sentir de todo un pueblo, mientras que en el 13-M se intentó acabar con la posible oposición mediante el miedo, la calumnia y la violencia. Y sin oposición no hay garantía de equilibrio.

jueves, 18 de febrero de 2010

Los pactos para después de las elecciones, no antes (16-02-2010)

Los pactos para después de las elecciones, no antes

En el programa de televisión que se emite al fondo de la cafetería donde escribo, se debate la situación de Grecia con referencia continua a la crisis española. Los tertuliantes, que hablan de la necesidad de un pacto, cargan las tintas contra la oposición sumándose al juicio de la Pajín que afirma que ésta no quiere arrimar el hombro. Es uno de tantos debates económicos con los que se quiere apalancar a un Gobierno que convirtió su promesa electoral de pleno empleo en todo lo contrario. Los trabajadores de la construcción que llenan la mesa del lado consideran que el debate es un rollo y pasan a conversar sobre los sueldos, para acabar hablando del Barcelona y el Madrid.

Pensaba escribir sobre otro tema, pero las circunstancias en las que lo hago me obligan a cambiarlo. Escribiré sobre el pacto que se plantea para salvar a España, aunque más me parece una llamada de auxilio para salvar al Gobierno. Hablan de un pacto con la oposición a la que habían aislado con un cordón sanitario, pero lo que solicitan es un cheque en blanco para seguir con su política. Justifican la dificultad para conseguirlo diciendo que tal pacto no puede dejar a un lado las ideas del que gobierna, cuando han sido precisamente éstas las que nos han llevado al huerto.

Lo que nadie dice es que arrimar el hombro para hacer lo que el Gobierno quiere es ir al hoyo junto a este, pues es claro que no sabe qué hacer ante una crisis que, ni siquiera, vió venir. Ya sabemos lo que significa un pacto para Zapatero, es algo que si no se concreta con rigor será utilizado por éste para su propio interés electoral. Argumento que también utiliza el Gobierno contra la oposición. Por eso, a estas alturas, no creo en pactos sino en unas nuevas elecciones.

Si los socialistas estuvieran tan preocupados por España, lo que tendrían que hacer es convocar elecciones. Esto es, demostrar con hechos sus loables intenciones por España. Si las ganan, nadie dudaría que el papel de la oposición debiera ser el de colaborar. Y, recíprocamente, si las pierden, deberían apoyar al que gane.

Ya que el Gobierno no está dispuesto a adoptar todas las propuestas de la oposición, debiera dar la oportunidad al pueblo para que elija entre los gestores actuales o unos nuevos con planes y proyectos más eficaces. De hecho, la oposición ya demostró su capacidad para salvar situaciones difíciles. Si el Estado fuera una empresa privada, a Zapatero ya le hubieran puesto de patitas en la calle. Pero esto es una cuestión pública que no puede ser resuelta sin la opinión del pueblo. Por eso me parece lamentable el diálogo de sordos que se ha creado en torno al pacto, sin escuchar al pueblo que es el que realmente sufre las consecuencias del mal gobierno.

Conociendo a Zapatero, este pacto me suena a la fábula de la tortuga y el escorpión. La oposición, evidentemente, es la tortuga. Cuando el escorpión, colocado en el caparazón de la tortuga, consiga cruzar el río y alcanzar la otra orilla, no dudará en pinchar con su aguijón, pues esto es lo único que sabe hacer. Así actúa Zapatero, como el escorpión. Por eso es lógico que la oposición dude en prestarle ayuda para cruzar el río turbulento de esta crisis.

martes, 9 de febrero de 2010

Semana 1-F (09-02-2010)

Semana 1-F

La semana pasada fue una semana negra para el Gobierno de la Nación. Si algo podía salir mal, salió mal. Hasta el punto de que lo sucedido no será fácil de olvidar. Bien la empezó nuestro presidente, con un rato de oración. Pero sus palabras no debieron gustar mucho al de arriba. Aunque no debe desesperarse porque ya sabe el refrán: “a Dios rogando y con el mazo dando”. Así que siga insistiendo, que continúe con sus ratitos de oración diarios y, si le queda presupuesto, que levante una capillita laica junto a la mansión de sus asesores económicos para ver si de esta manera el de arriba ve que también en Moncloa se trabaja, que no sólo se reza.

Y hablando de mazos, menudo mazazo le dio Barreda. Pero el especialista en mazos es José Blanco que, además de su decretazo a los controladores aéreos, tiene fuerzas para encararse a Barreda y decirle que “se dedique a organizar su partido, que falta le hace”. Pero el señor Blanco debería comprender que la sugerencia de Barreda no tenía otro fin que el de defender a su partido castellano manchego del incendio de Madrid. Que viendo las barbas de su Jefe afeitar, no está dispuesto a poner las suyas a remojar. Como no está dispuesto a aplicarse el consejo que dio al otro, ¿o sí lo está? Como le dijo la Pajín –que así se dice por estas tierras-, “que predique con el ejemplo”. Que no basta con aparentar que se distancia de su líder porque coyunturalmente le interesa.

El peligro actual de Barreda es que los votantes castellano-manchegos le veamos de la mano de Zapatero, como acostumbraba. Esto le hizo bien durante el breve periodo en el que su líder jugó la Champions –gracias a que Aznar logró clasificarnos-, pero no ahora que es el colista de primera regional. A Barreda le va a costar tomar una dirección distinta a la de su líder. En primer lugar, porque tendría que haberlo hecho ya. En segundo lugar, porque su guardia pretoriana se lo impedirá. Que ¿cuál es su guardia pretoriana? La misma que la de Zapatero: ¡algunos sindicatos!

Con todo, la experiencia que tiene el socialismo manchego en mantenerse en el poder debe darle respiro pues, como dice Blanco, “el PP gana en las estadísticas, pero el PSOE en las elecciones”. Además de que cuenta a su lado con casi todos los medios de comunicación, lo que le permitirá hablar, a su nivel, de conspiración en su contra y nada gusta más que ayudar a las víctimas. Paradojas de la vida: los parados dando empleo al gobierno con el que alcanzaron su actual situación. Los pobres rescatando a los ricos. ¿Lo veremos?

Lo de la conspiración no es algo de cosecha propia. Ahí tienen a todo el Gobierno de la Nación desplazándose por el mundo para destruir lo que llaman conspiración internacional contra España. Ya sólo falta que hablen de confabulación judeo-masónica, como se decía en otros tiempos. Todo, menos reconocer que han hecho mal sus deberes. Y, de nuevo, presentando una víctima: España. Cuando el juicio internacional no va contra España sino contra las medidas adoptadas por el Gobierno de España. Y si España no es creíble es porque no lo es su Gobierno. Pero los socialistas quieren hacernos ver que este análisis negativo a su gestión es un ataque a todos los españoles. Y, en consecuencia, pretenden que les mostremos su apoyo, calificando de antipatriota a aquellos que no tragamos con ruedas de molino. Pero no estamos ante un juego de patriotas o no patriotas, estamos ante la realidad del daño que está haciendo a esta nación un Gobierno que durante mucho tiempo sólo se ha preocupado de la imagen y de suscitar problemas donde no los había. Y si España fuera una persona, debería llevar a los tribunales al Gobierno por los daños morales que le está ocasionando.

Decía Zapatero que “si yo he llegado a presidente, cualquier español puede llegar”. Llegar es una cosa, pero hacerlo bien es otra. Y para gobernar una nación no basta cualquiera.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Resumen semanal (02-02-2010)

Resumen semanal

Este Gobierno de la Nación tiene un presidente del Banco de España que no se lo merece. Mientras que en el interior deja que los sindicatos se ceben con él, en el exterior saca pecho para mostrar lo bien que ha hecho las tareas la banca española, cuando esto ha sido posible gracias a la buena labor del Banco de España y no tanto de la banca en general.

Podríamos estar peor, … y lo estaremos. Y es evidente que en verano disminuirá el paro, lo que no hace falta ser ministra para adivinarlo. No sé si llegaremos a estar tan mal como algunas viudas a las que los globos sonda anuncian pensiones cero. Pero si esto tiene dispuesto para las mujeres aquel al que ellas alegremente coreaban “ista, ista ista, Zapatero feminista”, ¿qué no va a hacer con el resto? Y dirán, desde el Gobierno, que no es ético sacar el tema de las pensiones en el debate político, cuando su partido lo ha sacado en cada elección para ahuyentar los votos de la oposición. Tanto hablar de que las pensiones peligran en manos de los otros y van a ser ellos los que recorten las prestaciones sociales. Paradojas de la vida o, más bien, consecuencias de un mal gobierno.

La realidad es tozuda, antes o después acaba por dar la cara. Y no basta con escudarse en la crisis pues ya hay resultados positivos en nuestro entorno. Así que el mal de muchos es hoy de pocos. Y si la ministra de sanidad propone el cibersexo para evitar los embarazos no deseados, a la ministra de economía no le queda ni eso, pues con placer pornográfico no se llenan las barrigas, ni se sacan adelante las familias. Hasta aquellos sindicatos que han visto implementados sus ingresos en un cincuenta por ciento durante los gobiernos de Zapatero empiezan a descubrir que algo va mal en nuestra economía y que no es necesariamente la clase empresarial.

En dos ocasiones he oído a algún gobierno prometer la creación de un millón de puestos de trabajo, fue en el último de Felipe y en alguno de Zapatero. Pero se quedó en promesa. También en ambos escuché la necesidad de hacer planes de pensiones privados y, ahora, cuando la rentabilidad de estos planes ha sido nula, ya no queda más remedio que afirmar que estos socialistas no tienen credibilidad.

No sé si es por deformación matemática, pero todo lo que dicen lo pongo en duda. No era yo así antes, pero la realidad es muy tozuda. Y hasta creo que ya tienen decidido dónde va el cementerio nuclear –ATC, con rigor-, ¿será en Ascó? Y que la polémica sobre su localización ha venido muy bien a Barreda para hacer de abanderado del no a las nucleares. La última bandera que le queda, después de haber perdido la del agua y la del estatuto. Con poco que rectifique Cospedal, se queda sin bandera.

Pero si la economía va mal y las decisiones estratégicas que toma este Gobierno las decide siempre en función del aire que sopla tras las polémicas que suscita, lo peor si cabe es la situación autonómica. Ahí sí que hacemos agua. O, mejor dicho, por ahí se desangra esta nación. Porque Zapatero ha fomentado que el Estado de las Autonomías sea el de unas Autonomías sin Estado. Y, según parece ahora, el de unas autonomías sin ayuntamientos.