lunes, 26 de septiembre de 2011

The Company men (27-09-2011)

No sé si han visto la película The Company men. Yo la vi el pasado fin de semana. Centrada en la actual crisis económica, relata el proceder de tres altos ejecutivos que acaban de ser despedidos. Y algunas cosas más que guardan relación con la ética o falta de ética empresarial. La importancia de cuidar la imagen para no perder credibilidad y mantener el valor de las acciones a costa de los despidos queda bien expresada. No sé, …, tan sólo es una película y quizás se pasa en algunas cosas como se queda corta en otras. Pero lo cierto es que te hace pensar, que es siempre algo bueno. Aunque ya saben, el que piensa pierde.


Ahora bien, fueron dos las cosas que me hicieron traerla hoy a colación. La primera tiene que ver con el desempleo. Llevamos tiempo hablando de muchas cosas, menos de los parados. Medidas de austeridad, creación de empleo, crisis griega, bajada de la bolsa, … Bien, es verdad que todo gira en torno a los parados actuales o en potencia, pero pocas veces pensamos en cómo lo están pasando. Me refiero a ponernos en la situación, en el rol se diría hoy, de uno de ellos; sea parado o con visos de serlo. Hablamos del número que hay y lo utilizamos como argumento para o en contra de, es siempre un planteamiento grupal. Pero, ¿qué es de ellos?, ¿qué es de cada uno de ellos? Podemos responder a la pregunta si tenemos cerca algún caso, y no es de extrañar que así sea pues aquí nos conocemos todos. Pero el drama de cada uno de ellos no es noticia, lo más gordo de sus vidas queda en el anonimato. Su impotencia es inmensa. Y esto es lo que queda reflejado en uno de los personajes de la película cuando dice: “mi vida se ha acabado y nadie se ha dado cuenta”. Abandonados en su impotencia sólo les queda el consuelo de la familia, si la tienen.


La segunda idea tiene que ver con el hecho de que el que manda es capaz de sacrificar a aquel que ha contribuido a engrandecerle. Algo que además de darse en el mundo empresarial sucede con frecuencia en política. Cuando la primacía de la imagen se antepone a la verdad profesional, se traspasa el límite de toda ética e, incluso, puede conllevar un abuso de autoridad. Parece que la prioridad de la imagen no admite discrepancias. Ni siquiera se analizan éstas, sencillamente no pueden existir. Las personas no importan, sólo importa lo que se dice aunque lo que se diga no sea correcto. En la película citada, el director general del holding despide al socio que contribuyó a crearlo por la sencilla razón de que continuamente le recordaba lo que era ético.


Aunque peor hubiera sido ser sacrificado por un advenedizo, por ese que llega al rebufo de los cambios de chaqueta. Que haberlos los hay. Ya lo decía uno que tan sólo ha cambiado de cargo: “no creas que yo era tanto del PSOE”.

1 comentario:

  1. Hola Javier, soy Jaime...tu compañero profesor del Vandelvira. Estoy muy de acuerdo con lo que escribes y argumentas, sobre todo con el penúltimo párrafo (y con el último, aunque por otros motivos).

    Un saludo, te animo a que sigas publicando este blog y decirte que, desde que lo descubrí he leído todas sus entradas. A veces, para mí, expones puntos de vista muy interesantes...aunque luego sea muy difícil llevarlos a la práctica.

    Saludos.

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