lunes, 27 de diciembre de 2010

Mi prima (28-12-2010)

Mi prima

Hoy es el día de los Santos Inocentes y trae a mi memoria el primer semestre del año en el que empeñé un tiempo en argumentar a favor de la vida del no nacido. Y en eso sigo, a pesar de la derrota legislativa que ha convertido el aborto en un derecho. “Llanto y lamentos grandes”. Como Raquel, “que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven”.

El próximo domingo iré al circo con mi familia, allá en Valencia. Tengo una sobrina con el síndrome de Down que está deseando ver a mi hijo con el que hace una feliz pareja. Juegan, corren y bailan juntos, porque son muy buenos bailarines. Llama por teléfono para recordar que nos espera. Es toda alegría y ha fortalecido la unidad de la familia. Y es una más, uno más de los hijos de mi prima. Pero ya nada sería igual sin ella.

Cuando era pequeño me cruzaba con niños y niñas que tenían el síndrome de Down, ahora es difícil verlos. Al llegar a una edad hay madres que se hacen una prueba para verificar si lo que llevan en su seno tiene este síndrome. En caso positivo, abortan. Acción que recibe el nombre de eugenesia, pero que está tan extendida hoy que parece que no guarde relación con aquella eugenesia que imponían los nazis. Parece que es distinta, pero es la misma. Por supuesto que no la llaman eugenesia, como tampoco llaman aborto al aborto. Como si el cambio de nombre bastara para cambiar su moralidad.

“Pero tu prima podría haber sabido que tenía el síndrome”, me dicen. Y yo les respondo que no se hizo la prueba porque quería a su hijo tal y como iba a ser. Entonces, se callan. Guardan silencio porque se ven ante una persona que les supera en altura de miras, en confianza hacia la vida, en generosidad. Y no es que mi prima, o tantas mujeres como ella, sea una santa, que a lo mejor lo es. Mi prima es una madre, eso es, una buena madre. Como su marido, que es un buen padre. Porque también él tienen mucho que ver en esta natural decisión.

Hoy es el día de los Santos Inocentes y he dejado mi artículo convencional para otra ocasión. Porque la crisis económica pasará, pero lo que no pasará tan fácilmente es la crisis de valores que se da en nuestra sociedad. España está herida en lo esencial y yo no hago mas que recordarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario